miércoles, octubre 04, 2006

ANP: LA TAREA DE LOS PERIODISTAS DEBE CONTINUAR SIN TREGUA Y SIN PAUSA

La fecha onomástica del Día del Periodista tiene una especial significación este año: La sociedad peruana demanda de quienes trabajan en la noble profesión de informar, interpretar y opinar sobre los hechos relevantes y de interés público, una labor diaria que tenga consonancia con la verdad, la independencia y el respeto a la dignidad de la persona humana.

Tal clamor se da en una realidad social, económica y política sumamente compleja, cuando el país arrastra, aún, las consecuencias de regímenes caracterizados por la violación a los derechos humanos, cuando no por la corrupción y la frivolidad, males que han empobrecido moral y materialmente a nuestro país.

En este estado de cosas, los periodistas peruanos han dado muestras de su valor e idoneidad, sin dar tregua a quienes han hecho mal uso del poder político y del poder económico, pese a que ello ha significado dolorosas pérdidas de vida, privación de la libertad y persecuciones digitadas por autoridades venales enquistadas en el aparato represivo y judicial. La tarea de hacer periodismo, sin embargo, debe continuar, sin tregua y sin pausa. Los periodistas sabemos que para eso hay que redoblar esfuerzos y voluntades para que la profesión se ejerza en un clima de democracia y de libertad.

No es posible que todavía existan barreras que vencer y que se niegue el acceso a las fuentes de información, inclusive con medidas discriminatorias y marginatorias, que hacen ver el irrespeto al Estado de Derecho, conforme al cual todos somos iguales ante la ley. Por esta razón, la ANP se ve en el deber de exponer que ninguna autoridad, cualquiera sea el rango que ocupe en los poderes del Estado, está en la facultad de coartar el libre ejercicio de la profesión, especialmente si se tiene en consideración que todo ciudadano peruano tiene derecho a las libertades de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimentos algunos, bajo las responsabilidades de ley.

Pero al mismo tiempo, la ANP considera que corresponde a los periodistas el fiel cumplimiento de una labor comunicacional, que debe ejercerse con estricto apego a la ética profesional, en la que no tienen lugar el privilegio personal, ni la venta del honor y de la reputación del periodista o del medio a través del cual se sirve a la sociedad.

Y en este mismo sentido, es deber gremial desenmascarar a quienes, utilizando medios vedados, se hacen pasar como comunicadores, sin más propósito que el obtener prebendas que los beneficia, pero que hacen daño a la profesión periodística y la sociedad peruana. La ANP tiene presente que la libertad de prensa es uno de los aspectos de ese problema material y moral que preocupa a la sociedad peruana, dado que debe conciliar las necesidades de la vida individual con las exigencias de la vida colectiva.

La definición en tiempos de crisis moral y de contradicciones es muy difícil, pero aún así no se debe negar que ella consiste en que la voluntad del comunicador no puede ser determinada por un encadenamiento fatal de las circunstancias ni sujetas a otras voluntades humanas.

Lima, Perú

Comité Ejecutivo Nacional

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