El Gremio de la Prensa Peruana informa :
El cambio de manos de siete de los principales periódicos rusos en los últimos 18 meses es parte de una campaña de depuración de la prensa escrita orquestada por el Kremlin, denunció la Unión de Periodistas de Rusia (UPR).?
Somos testigos de una campaña de limpieza de la prensa de cara a las elecciones legislativas de 2007 y presidenciales de 2008?, declaró Igor Yakovenko, secretario general de la UPR.Este ?reparto de cabeceras? entre empresarios leales al Kremlin -cuya última víctima es el diario independiente Kommersant, uno de los rotativos más influyentes de Rusia- tiene por objetivo garantizar el control de la opinión pública.?
El Kremlin no tiene miedo a la prensa. Lo que tiene miedo es a perder el poder, ya que, en ese caso, un buen número de funcionarios acabaría en la cárcel?, agregó.El secretario general de la UPR aventuró que Rusia se dirige por la senda de China, donde el Partido Comunista dicta la línea editorial de los periódicos, sin que la población tenga acceso a una segunda opinión.
Tras la compra de la Casa Editorial de Kommersant por el magnate ruso del acero, Alisher Usmanov, por 200 millones de dólares, ya no queda nada que comprar, señaló Yakovenko.Kommersant, fundado en 1989 cuando la Glásnost de Mijaíl Gorbachov (política de transparencia) era un hecho irreversible, tiene una tirada de 122 mil ejemplares.
Además del diario, uno de los más rentables de Rusia con unos ingresos netos de 13,1 millones de dólares en 2005, Usmánov se hizo con el control de las revistas Vlast y Diengui.Usmanov, presidente del consorcio Metalloinvest, cumple el perfil buscado por el Kremlin ya que también dirige Gazprominvestholding, una filial del gigante del gas ruso, Gazprom, el brazo ejecutor de la política mediática del poder.
El magnate, cuya fortuna es estimada en 3.200 millones de dólares, desveló que adquirió el diario ?con su dinero? y negó que ?vaya a interferir en la política de la redacción?.
Además, subrayó que nadie le había ?pedido? que adquiriera el diario, aunque reconoció que ?no lo compró contra los deseos del Kremlin?.En el mismo sentido, el dueño del diario, el empresario georgiano Badri Patarkatsishvili, calificó la operación de ?puro negocio?, y negó que tras el traspaso haya ?motivaciones políticas?.
No obstante, Yakovenko es de la opinión que ?Usmánov depende del Kremlin?, como todos los grandes empresarios de Rusia, por lo que la compra del diario es una decisión ?política?.En el mismo sentido, el multimillonario y dueño del diario hasta hace unos meses, Boris Berezovski, perseguido por la Justicia rusa, llamó al futuro propietario a ?conservar la independencia de Kommersant del Kremlin?.
Según el presidente de la Fundación de Defensa de la Glásnost, Alexéi Símonov, ?si el diario experimenta un profundo cambio ideológico, sus lectores (los profesionales liberales y los hombres de negocios) le abandonarán?.Kommersant juega un papel muy importante como escaparate para la oposición liberal, por lo que su control era un objetivo acariciado por el Kremlin desde hace años.
La ?reparto de cabeceras? comenzó a mediados de 2005 cuando el primer diario independiente surgido con la Glásnost, Nezavísimaya Gazeta, pasó a manos de Konstantín Remchukov, asesor del ministerio de Desarrollo Económico y Comercio.Poco después, otro histórico diario ruso, Izvestia, también cambió de propietario, cuando su paquete accionarial mayoritario fue comprado por Gazprom.Gazprom, propietaria del diario Tribuna, la revista Itogui y de los canales de televisión NTV y TNT, compró el 51,19 por ciento de las acciones de Izvestia por unos 20 millones de dólares.
Según Yakovenko, Izvestia se ha convertido ahora en ?el órgano del partido gobernante, Rusia Unida?, como antes de la caída de la URSS lo fue del Estado soviético.El diario ruso Trud (Trabajo), antiguo órgano de los sindicatos soviéticos, también fue comprado por otro grupo financiero, PromSviazKapital; y el semanario Ogoniok, fundado en 1899, fue adquirido por 3,5 millones de dólares por una compañía de San Petersburgo, ciudad natal de Putin.
Por último, en junio pasado durante el congreso de la Asociación Mundial de Periódicos (WAN), Mijaíl Gorbachov anunció la compra del 10 por ciento del bisemanario opositor Nóvaya Gazeta, mientras el otro 39 por ciento lo adquirió el banquero Alexandr Lébedev.En Nóvaya Gazeta escribe Ana Politkóvskaya, premio Vázquez Montalbán de Periodismo Internacional en 2005 y la columnista más crítica con la política de Putin en Chechenia. Efe
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